La comercialización de papel reciclable en Bogotá es un negocio medianamente explorado, debido en gran parte al desconocimiento de los ciudadanos y la Administración Distrital sobre el aprovechamiento de las basuras. Sin embargo, este sector es un área en crecimiento en la cual puede estar el futuro de muchas familias bogotanas.
Según datos oficiales, expedidos por el Ministerio del Medio Ambiente, diariamente Colombia genera 27.000 toneladas de basura, de las cuales se recicla apenas el 10%, mientras que el 90% restante se acumula en los basureros del país. Sólo en Bogotá, según datos de la Corporación Autónoma Regional (CAR), diariamente son arrojadas al basurero Doña Juana 5.860 toneladas de basura. Aunque el reciclaje es una labor que no tiene gran auge aún entre los capitalinos, Bogotá obtiene una ganancia promedio de 32.000 millones de pesos anuales por esta labor, según cifras del Ministerio de Medio Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial para el año 2006.
De acuerdo con cifras ofrecidas por la Cámara de Pulpa y Papel de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), en Colombia se recicla el 35% del total de papel y cartón desechado por las industrias y los hogares colombianos. Pese a que el porcentaje de reciclaje en el país no es altamente significativo, Colombia ocupa el primer puesto en reciclaje de papel y cartón a nivel latinoamericano y está ubicado en el puesto 18 a nivel mundial, con un reciclaje de 57 toneladas de papel y cartón, por cada 100 toneladas producidas, lo que posiciona a Colombia por encima de países como Estados Unidos, Alemania y Japón.
Teniendo en cuenta que las ganancias obtenidas, sólo en Bogotá, por labores de reciclaje son considerables (32.000 millones de peso al año), resulta útil ahondar en la forma cómo ese dinero se genera, de lo que usualmente denominamos basura. Es por ello interesante empezar por ilustrar las diferentes etapas de las que se compone el proceso del papel, desde su obtención inicial hasta el producto final, luego de ser reciclado.
Vida Útil del Papel
Al comienzo hay plantaciones de árboles que son taladas y procesadas en grandes fábricas para hacer papel. Luego de que el árbol es talado, se le quitan las hojas y se deja sólo el tronco. Estos troncos son procesados y de ellos se obtiene la pulpa de papel, un material fibroso que a su vez recibe tratamiento con químicos especiales que contribuyen a brindarle a la materia prima un color y una textura determinada. Esa pulpa tratada se extiende en una serie de planchas y es apisonada por rodillos, encargados de darle una apariencia lisa al material y de extraer toda la humedad que pueda contener el mismo. De ese proceso se obtiene rollos de papel gigantescos que son vendidos y distribuidos a diferentes empresas del país.
Luego de que los grandes rollos de papel son comercializados, ese producto llega a diversos lugares como las rotativas de los medios de comunicación escritos, ya sean periódicos o revistas e incluso editoriales y se imprimen por primera vez. Esas revistas y periódicos son leídos por muchos de nosotros y luego de ese uso primario su destino es la basura.
Cuando la bolsa de la basura sale de nuestros hogares empieza un proceso interesante en la vida del papel. Muy temprano en la mañana, cuando aún no pasa el camión de la basura, los recicladores, muchas veces marginados por la sociedad, empiezan a trabajar. Llegan a las canecas de los conjuntos residenciales, los barrios y las esquinas y comienzan la labor de búsqueda del papel. Ese papel al que nosotros concebimos como desperdicio, pero que ante los ojos de los recicladores es dinero, ya que les permite conseguir su sustento diario. Luego de cinco o diez minutos esos magos de la basura obtienen de los desechos aprovechables.
Cuando acaban su recorrido, estos hombres llevan lo recolectado en su jornada a centros de reciclaje en los cuales les pagan por el papel, a la vez que por otros materiales reciclados.
Ese papel que llega originalmente a un centro de reciclado al cual también llegan latas, vidrios y plásticos es vendido a las comercializadoras. A estas empresas también llega papel proveniente de editoriales como la Printer Colombiana, que vende el papel sobrante de su trabajo como editorial.
El papel obtenido en los centros de reciclaje, en el cual simplemente se recolecta el material y no se procesa. Y el papel sobrante de Printer o de otras editoriales como Panamericana, es vendido a su vez a comercializadoras como Redein Ltda. o ABC reciclajes de Colombia.
En estas microempresas se llevan a cabo procesos de selección y embalaje del material. La selección como tal, consiste en llevar a cabo una separación de las diferentes formas en que se encuentra el papel. Para esto se arman paquetes de 500 kilos, denominados pacas. En cada paquete se pone una presentación diferente de papel que pueden ser: plegadiza, cartón en tiras que se usa para empastar libros; moño, papel en tiras que está unido por un extremo al estilo de una libreta; papel bond blanco; archivo a color, que es papel impreso.
Luego de que se selecciona, se realiza el proceso de embalaje que consiste en sellar esas pacas mediante el uso de máquinas especiales para este tipo de trabajos, conocidas como embaladoras, que le dan una forma de cubo al papel y lo dejan listo para ser transportado a un nuevo comprador.
Finalizado este proceso, el papel es nuevamente vendido a otro personaje en la cadena, en este caso a grandes empresas editoriales, manufactureras de cartón, molinos de papel, etc.
“El material se le compra principalmente a la Printer Colombiana, ése es el proveedor más grande, pero también trabajamos con otros más pequeños. En cuanto a la venta de material nuestros comparadores son: Productos Familia S.A., Colpapel, Recuperadora de Papeles Ltda., Fibras Nacionales, Recza e Incocar, Papeles del Cauca, editoriales, entre otras”, comentó Alexis Beltrán, gerente y representante legal de Redeín Ltda.
La importancia del paso del papel por la comercializadora es que le da un nuevo valor al papel, ahora no es solamente papel usado sino que está organizado, lo que permite que el comprador se ahorre este paso cuando procesa el papel para reutilizarlo. Además la comercializadora le brinda al comprador la seguridad de que todo el papel que compró le va a servir para usarlo en el cumplimiento de sus propósitos.
Eso quiere decir que si una editorial compra dos pacas de plegadiza sabe que le van a servir para procesarlas en un molino de papel y utilizarlas para crear láminas completas de este material y emplearlas en el empastado de una cantidad de libros determinada, sólo para eso.
Después de que el papel es vendido y distribuido por la comercializadora a una nueva empresa, el material toma una nueva forma. En estas fábricas es donde finalmente se procesa y convierte el papel usado en un nuevo producto útil a la sociedad. Esa conversión, es la que recibe el nombre de reciclaje y depende de la fábrica a la que llegue el material. Cuando Redein le vende papel a Productos Familia S.A, se procesa con el fin de ser convertido en papel higiénico, servilletas, pañuelitos, etc. Cuando se vende a Colpapel, de sus procesos esa compañía obtiene cuadernos Scribe y papel Kimberly principalmente. Fibras Nacionales por su parte, produce papeles suaves y otros productos para el aseo personal.
En todas estas nuevas formas, el papel regresa a nuestras manos para de nuevo ser utilizado y volver a iniciar este círculo productivo.
Según datos oficiales, expedidos por el Ministerio del Medio Ambiente, diariamente Colombia genera 27.000 toneladas de basura, de las cuales se recicla apenas el 10%, mientras que el 90% restante se acumula en los basureros del país. Sólo en Bogotá, según datos de la Corporación Autónoma Regional (CAR), diariamente son arrojadas al basurero Doña Juana 5.860 toneladas de basura. Aunque el reciclaje es una labor que no tiene gran auge aún entre los capitalinos, Bogotá obtiene una ganancia promedio de 32.000 millones de pesos anuales por esta labor, según cifras del Ministerio de Medio Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial para el año 2006.
De acuerdo con cifras ofrecidas por la Cámara de Pulpa y Papel de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), en Colombia se recicla el 35% del total de papel y cartón desechado por las industrias y los hogares colombianos. Pese a que el porcentaje de reciclaje en el país no es altamente significativo, Colombia ocupa el primer puesto en reciclaje de papel y cartón a nivel latinoamericano y está ubicado en el puesto 18 a nivel mundial, con un reciclaje de 57 toneladas de papel y cartón, por cada 100 toneladas producidas, lo que posiciona a Colombia por encima de países como Estados Unidos, Alemania y Japón.
Teniendo en cuenta que las ganancias obtenidas, sólo en Bogotá, por labores de reciclaje son considerables (32.000 millones de peso al año), resulta útil ahondar en la forma cómo ese dinero se genera, de lo que usualmente denominamos basura. Es por ello interesante empezar por ilustrar las diferentes etapas de las que se compone el proceso del papel, desde su obtención inicial hasta el producto final, luego de ser reciclado.
Vida Útil del Papel
Al comienzo hay plantaciones de árboles que son taladas y procesadas en grandes fábricas para hacer papel. Luego de que el árbol es talado, se le quitan las hojas y se deja sólo el tronco. Estos troncos son procesados y de ellos se obtiene la pulpa de papel, un material fibroso que a su vez recibe tratamiento con químicos especiales que contribuyen a brindarle a la materia prima un color y una textura determinada. Esa pulpa tratada se extiende en una serie de planchas y es apisonada por rodillos, encargados de darle una apariencia lisa al material y de extraer toda la humedad que pueda contener el mismo. De ese proceso se obtiene rollos de papel gigantescos que son vendidos y distribuidos a diferentes empresas del país.
Luego de que los grandes rollos de papel son comercializados, ese producto llega a diversos lugares como las rotativas de los medios de comunicación escritos, ya sean periódicos o revistas e incluso editoriales y se imprimen por primera vez. Esas revistas y periódicos son leídos por muchos de nosotros y luego de ese uso primario su destino es la basura.
Cuando la bolsa de la basura sale de nuestros hogares empieza un proceso interesante en la vida del papel. Muy temprano en la mañana, cuando aún no pasa el camión de la basura, los recicladores, muchas veces marginados por la sociedad, empiezan a trabajar. Llegan a las canecas de los conjuntos residenciales, los barrios y las esquinas y comienzan la labor de búsqueda del papel. Ese papel al que nosotros concebimos como desperdicio, pero que ante los ojos de los recicladores es dinero, ya que les permite conseguir su sustento diario. Luego de cinco o diez minutos esos magos de la basura obtienen de los desechos aprovechables.
Cuando acaban su recorrido, estos hombres llevan lo recolectado en su jornada a centros de reciclaje en los cuales les pagan por el papel, a la vez que por otros materiales reciclados.
Ese papel que llega originalmente a un centro de reciclado al cual también llegan latas, vidrios y plásticos es vendido a las comercializadoras. A estas empresas también llega papel proveniente de editoriales como la Printer Colombiana, que vende el papel sobrante de su trabajo como editorial.
El papel obtenido en los centros de reciclaje, en el cual simplemente se recolecta el material y no se procesa. Y el papel sobrante de Printer o de otras editoriales como Panamericana, es vendido a su vez a comercializadoras como Redein Ltda. o ABC reciclajes de Colombia.
En estas microempresas se llevan a cabo procesos de selección y embalaje del material. La selección como tal, consiste en llevar a cabo una separación de las diferentes formas en que se encuentra el papel. Para esto se arman paquetes de 500 kilos, denominados pacas. En cada paquete se pone una presentación diferente de papel que pueden ser: plegadiza, cartón en tiras que se usa para empastar libros; moño, papel en tiras que está unido por un extremo al estilo de una libreta; papel bond blanco; archivo a color, que es papel impreso.
Luego de que se selecciona, se realiza el proceso de embalaje que consiste en sellar esas pacas mediante el uso de máquinas especiales para este tipo de trabajos, conocidas como embaladoras, que le dan una forma de cubo al papel y lo dejan listo para ser transportado a un nuevo comprador.
Finalizado este proceso, el papel es nuevamente vendido a otro personaje en la cadena, en este caso a grandes empresas editoriales, manufactureras de cartón, molinos de papel, etc.
“El material se le compra principalmente a la Printer Colombiana, ése es el proveedor más grande, pero también trabajamos con otros más pequeños. En cuanto a la venta de material nuestros comparadores son: Productos Familia S.A., Colpapel, Recuperadora de Papeles Ltda., Fibras Nacionales, Recza e Incocar, Papeles del Cauca, editoriales, entre otras”, comentó Alexis Beltrán, gerente y representante legal de Redeín Ltda.
La importancia del paso del papel por la comercializadora es que le da un nuevo valor al papel, ahora no es solamente papel usado sino que está organizado, lo que permite que el comprador se ahorre este paso cuando procesa el papel para reutilizarlo. Además la comercializadora le brinda al comprador la seguridad de que todo el papel que compró le va a servir para usarlo en el cumplimiento de sus propósitos.
Eso quiere decir que si una editorial compra dos pacas de plegadiza sabe que le van a servir para procesarlas en un molino de papel y utilizarlas para crear láminas completas de este material y emplearlas en el empastado de una cantidad de libros determinada, sólo para eso.
Después de que el papel es vendido y distribuido por la comercializadora a una nueva empresa, el material toma una nueva forma. En estas fábricas es donde finalmente se procesa y convierte el papel usado en un nuevo producto útil a la sociedad. Esa conversión, es la que recibe el nombre de reciclaje y depende de la fábrica a la que llegue el material. Cuando Redein le vende papel a Productos Familia S.A, se procesa con el fin de ser convertido en papel higiénico, servilletas, pañuelitos, etc. Cuando se vende a Colpapel, de sus procesos esa compañía obtiene cuadernos Scribe y papel Kimberly principalmente. Fibras Nacionales por su parte, produce papeles suaves y otros productos para el aseo personal.
En todas estas nuevas formas, el papel regresa a nuestras manos para de nuevo ser utilizado y volver a iniciar este círculo productivo.
Este artículo estuvo publicado en el medio Plaza Capital.org
ResponderEliminarwww.plazacapital.org
Edición: Novena.
Sección: Productividad.
Sub-sección: Competitividad.
Fotos Johana Carolina Acevedo Camacho.
ResponderEliminar